viernes, 1 de abril de 2016

Paula Escartín - Voluntaria Camp Adwa 2015

Describir una experiencia como ha sido para mi la de Campa Adwa en solo unas líneas es  bastante difícil. Lo primero porque podría escribir hojas y hojas hablando de todos y cada uno de los increíbles momentos que he compartido allí, con los niños, voluntarios, salesianas y con todas las geniales personas que he conocido. Pero además, aunque intentase explicar con cientos de palabras lo que han significado para mi todas las experiencias que me ha dado el campamento, no creo que haya ninguna que pueda describirlo tal y como es,  porque es algo que hay que vivir, sentir, y después asimilar.


Aunque suene a tópico, creo que Adwa y su gente me ha convertido, aunque sea sólo un poco, en una persona mejor, o al menos me ha hecho ver la vida desde otra perspectiva. A veces los voluntarios podemos parecer algo así como héroes, por irnos a un lugar 'perdido en África' para ayudar a completos desconocidos. Pero en realidad los verdaderos héroes son ellos, nuestros niños, porque muchos de ellos con apenas casi recursos y con historias muy duras detrás, nos dan lecciones de vida día a día.

Ellos son los verdaderos maestros, los que te enseñan que con una sonrisa y un abrazo puedes cambiar el día de cualquiera por muy malo que sea, que lo muy poco se puede hacer enorme si lo compartes con los demás y que lo verdaderamente necesario en la vida son las personas que nos rodean.

Camp Adwa es dar, pero sin duda, es recibir.

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